A los escépticos, los derrotistas y los que han dejado de creer. A los que ven el descenso como única salida. A los que piensan que no hay manera de arreglar esta situación. A los que se fían únicamente de los números. A todos ellos, les mando esta lista de razones por las que no nos damos por vencidos:
Por el sufrimiento de Álex y Toño, por la ilusión que irradian los ojos de Nachete, por la sabiduría de Willy y su particular visión de este mundo del balonmano, por el sentido del humor de Mingo y su ayuda en cualquier momento, por la voz de Manolo en cada presentación, por el optimismo de José Luis antes de cada encuentro.
Por la psicología de Carlos y su trabajo para recuperar a una plantilla tocada pero no hundida, por el pundonor de Jorge y las dos paradas mágicas que nos dieron la victoria ante Aranda, por la mente fría de Adolfo y las mil intervenciones imposibles que ha hecho esta temporada, por el coraje de Umberto y su fe ciega en una recuperación milagrosa, por la zurda de Kuzmins y sus saltos desde el extremo, por la diestra de Thomas y aquel partido genial ante el Cangas, por la intensidad de Marius y la consistencia que le da a la defensa, por la implicación de Abel y la de veces que ha jugado lesionado, por la casta de Genio y el fly magistral que fabricó con Gelín el día del Teucro, por la llegada de Javi y su aportación al grupo, por la bravura de Alberto, su coraje y su compromiso con esta camiseta, por la serenidad de Nano y su capacidad para hacer fácil lo difícil, por la honestidad de Miguel y su inteligencia dentro de la pista, por la genialidad de Oscar y su capacidad de convertir en gol cualquier situación, por la sobriedad de Joaquín y sus goles en los momentos más complicados, por la frescura de Gelín y sus vuelos sin motor.
Por las cervezas que siguen a las victorias, por la paciencia de Kini Castillo y las prestaciones de su autocar, por “Mi mujer y mi caballo” y “La Banda del Coche Rojo”, porque esta ciudad merece un equipo en la División de Plata, por los casi mil abonados que soñaron con una temporada más laureada, por todos los jugadores que han pasado por este club y soñaban con jugar en Plata, porque este equipo ha demostrado que puede ganar a cualquiera y, sobre todo, porque en cuanto dejemos de creer, estaremos realmente muertos.
Decía el Ché Guevara que “la única lucha perdida es la que se abandona”. No abandonemos a este equipo antes de tiempo. Motivos para creer, nos sobran. Yo no me doy por vencido.
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